sábado, abril 30, 2005

Juntos y cambiando el destino

Hoy fue mi primer día viviendo en el presente, sí así de estúpido como suena, ya antes había comentado que ultimamente no me lo pasaba muy bien por que vivía pensando en el futuro en el "mañana" ese nervioso e hitérico mañana que hagas lo que hagas va a llegar, por eso uno debe vivir el hoy como si el ayer nunca hubiera existido y como si el mañana no fuera a llegar si no no se disfruta.
Claro que hay que ser inteligente para no cometer los mismos errores del pasado y fuerte para afrontar lo que te espere a la puerta de tu casa al siguiente día pero lo que no debes hacer es pasarte el día pensando en ese par de cosas mientras se te va el hoy sin hacer nada, sin trascendencia, sin chiste, en fin, el punto es no perder la perspetiva.
Estoy leyendo un libro de Cohelo donde habla de como se pierden las oportunidades y cuando se quieren recuperar ya no están, hay que recordar que las oportunidades se van, por eso es necesario mantener las "antenas" paraditas para "pescar" cualquier señal del destino y no desaprovechar esos "chances" ocasionales, esos golpes de suerte que la vida en toda su sabiduría te da.
A veces el que una persona te procure mucho te puede parecer ostigoso, cuando alguien tiene muchos detalles contigo te puede parecer empalagoso, cuando alguien te busca con frecuencia puede parecerte desesperado pero cuando no te procura, pierde los detalles y deja de buscarte empiezas a extrañar aquello que tenías, empiezas a añorar lo que en teoría no te gustaba o te parecía malo por que como es bien sabido nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido.
Bueno amados lectores (jajajaja), hoy - en mi primer día del presente - me di cuenta que ya no me dan ganas de hacer muchas cosas por que considero no han sido valoradas como yo esperaba, también extraño cosas que no supe valorar y ahora por supuesto se han ido y no vale la pena perder el tiempo en recuperarlas hay que mirar hacia delante, somos seres pensantes, no cangrejos para mirar hacia atrás.
Para ser honesta me duele un poco haber dejado de hacer ciertas cosas, o estar pensando en dejar de hacerlas, pero es la manera que tengo para dejar de agobiarme por el mañana que me echa a perder el hoy, quiero vivir a gusto, me gusta el enigma pero no puedo vivir con el temor de que todo se puede ir al diablo al primer error como si lo que quiero permaneciera en un campo minado, y tampoco con la angustia o la frustración de que las cosas no sucedan tal como yo quisiera, para disfrutar tanto mi vida como mi hoy necesito ser más elástica y lamentablemente menos condescendiente, digo no es igual para el que da que para el que recibe, me gusta dar, pero no puedo vivir pensando en qué recibiré, lo más sensato es no dar hasta que vuelva a recibir y así todos parejos seremos felices. Como dicen en la ciudad que muero por visitar, Liberté, Fraternité, Egalité! he dicho.

domingo, abril 24, 2005

Irreversible

Hace ya varios días que me duermo y despierto pensando en lo mismo, pienso en todo lo que he hecho en la vida, en las cosas que más me gustaron, en los momentos más felices y también pienso en como sería mi vida si no me hubiera equivoado tantas veces, y si hubiera actuado de forma diferente.
En muchas ocasiones me he imaginado lo fácil que hubiera sido por ejemplo mi infancia si hubiera actuado conforme la edad que tengo, pero me doy cuenta que no tendría ningún chiste y no me hubiera divertido tanto como lo hice en ese entonces. Otras tantas veces me sorprendo pensando en el clásico de regresar el tiempo a un momento justo y cambiar las cosas, pero por mucho que pudiera arreglar mi presente siempre he creído que las cosas pasan por algo, así que no me queda más que dejar de pensar en locuras que no me conducen a ningún final feliz, pero eso sí, bajo esta nueva perspectiva del cambio drástico que está tomando mi vida en este instante y que por cierto no fue planeado al menos puedo sentarme a recordar aquellos tiempos en que mi mayor preocupación era que Santa Claus me trajera lo que había pedido, que no vieran el sello de la abejita triste en mi libreta de tareas, o llegar a casa habiendo olvidado el sweater en la escuela, donde mi mayor orgullo era el diez rojo plasmado en una hoja de block o el regalito inservible que hacíamos en clase de manualidades para el día de las madres. La Yaya todavía tiene pegado en la pared un reloj de cerámica que hice a los 10 años en esta clase, lo impresionante es que aún funciona.

Pues bien, recuerdo que nunca me gustó la escuela, casi como a todo niño, cuando iba en el kinder justo al lado de la puerta de entrada había un poste de luz, yo me aferraba al poste llorando como una loca y no había poder humano que me safara de él aún con mi corta edad, finalmente el llanto apagaba mis fuerzas y entre mi madre, el portero y un maestro me lograban meter al colegio, lo pasaba fatal, pero llegaba el recreo y olvidaba todos mis sufrimientos.
Algún día se me quitó la manía de berrear y aferrarme al poste, sobre todo cuando crecí y ahora mi más profundo anhelo era ir a la escuela para ver al niño que me gustaba, niño que por supuesto se convirtió en mi primer novio. Nunca me acostumbré a levantarme temprano, creo que eso y la tarea, nunca lo superé. Siempre pensé y en 6o. de primaria se lo dije a un maestro, ¿por qué mandarte a trabajar a tu casa, si ya trabajaste todo el día en la escuela? no lo entiendo.
Por eso estoy de acuerdo con mi amiga Aydé, "El sistema apesta".

Mi reto de los sábados era levantar a mi papá para que nos llevará al parque, a mi hermano y a mi a jugar baseball, los sábados eran de mi papá, si no era el baseball era la bicicleta y si no ir a nadar al club pero el sábado era designio de las alturas el pasarlo con mi papá. Cuando jugabamos kickball en la primaria yo siempre pedía patear de 4a. mi padre me había enseñado que en el baseball el 4o bat era el más importante.
Mi mamá era la encargada de recogernos en la escuela, mi hermano y yo siempre peleábamos por el asiento del copiloto, hasta que mi madre nos hizo hacer un trato en el que yo iría delante por las mañanas y él por las tardes bajo amenaza de cinturón si volvíamos a pelear, por supuesto volvimos a pelear, pero por otra razones en ese moemtno más importantes. Ahora con mi padre me llevo de hola y adiós y con mi hermano no me llevo... en fin.

No recuerdo cuantas veces le pregunté a mi madre si se quedaría toda la vida, si duraría hasta que yo fuera abuelita, siempre me dijo que sí, y aunque muy en el fondo sabía que no era cierto el oirlo me tranquilizaba. Mi madre siempre fue aquella persona con la que podías contar, era infalible, nada malo podía pasar si estaba y era imposible tratar de engañarla, no sé como lo hacía pero siempre te cachaba aunque la verdad hubo 2 que 3 ocasiones en que me salí con la mía pero las menos, finalmente el cuero y yo tuvimos que tener varios desagradables encuentros. Jamás estaré de acuerdo en que la letra con sangre entra, pero sé que gracias a eso no me comporto como una idiota.
Mi madre hacía todo, nos levantaba para ir a la escuela y el desayuno estaba listo, nos llevaba, pasaba por nosotros, asistía a nuestros festivales y presentaciones, nos llevaba a clases de karate, coro, teatro y todo aquello que se nos ocurría tomar, al volver a casa la comida siempre estaba lista, me contó miles de cuentos como es clásico, se despertó mil veces ante el grito atronador de una pesadilla y dejó otras cuantas de hacer sus cosas para poder hacer las mías o las de mi hermano, pero el héroe siempre fue mi papá.
Mi padre llegaba del trabajo a las 5:00 pm y yo corría a saludarlo, lo abrazaba y lo acompañaba a comer a esas horas, mi hermano también, mi padre era aquel hombre que se ausentaba meses de viaje y volvía con las maletas llenas de regalos y la cabeza llena de historias, mi padre era el que convertía el fin de semana en un evento en vez de un descanso, quien arreglaba la tele cuando no se veía, quien sabía jugar todos los deportes y conocía la enciclopedia de la A a la Z, quien ponía cara de horror cuando me raspaba una rodilla y se pasaba horas - literalmente - en el pasillo de casa, jugando a aventar la pelota, definitivo, mi madre era la mujer maravilla pero mi padre era más que superman.

Ahora todo es distinto, me pasaría la vida escribiendo año tras año lo que marcó mi existencia para bien o para mal, mi madre sigue siendo la mujer maravilla pero sé que no es infalible y ya no me consuela que me diga las cosas, ahora tengo que comprobarlas y saber que es cierto. Mi padre definitivamente no es superman, y jamás he vuelto a saltar sobre él cuando llega del trabajo, pero sigue siendo mi padre y sigue sabiendo jugar todos los deportes.

Puede que los pierda un día y no me va a gustar nada, puede que más de una vez me hayan decepcionado como yo seguramente lo he hecho algún día, puede que no sean perfectos ni infalibles ni nada fuera de lo común pero son mis padres, aunque ahora pueda ver sus defectos aún puedo admirarle a cada uno sus virtudes y los recuerdos que tengo son totalmente invaluables, en nombre de eso espero que ahora que mi mundo está girando no deje de girar con ellos, finalmente el cambio no se puede parar, ahora Dios dales paciencia para que giren a la par y si no, creeme los voy a extrañar.

lunes, abril 18, 2005

Madriz Madriz

Es impresionante la necesidad inminente que puedes llegar a tener de una persona, en lo personal nunca imagine que me pasara a mi, como todos pensamos alguna vez después de que nos cuentan una desgracia ajena, “eso no me pasa a mi”, y claro otras veces, creo que muchas más que las de la situación anterior hemos pensado y gritado: “¡Esto sólo me pasa a mi!”.
Hace poco mientras caminaba hacia mi casa, empecé a repetir en mi interior: - esto sólo me pasa a mi, estás cosas sólo me pasan a mi -, la verdad es que no es cierto, le pasan a todo mundo pero estaba tan encerrada en mis desgracias que lo único que hacía era auto consolarme - por no decir auto compadecerme – una y otra vez, creyendo que así las cosas cambiarían y por supuesto, era un error.
Las últimas semanas no he tenido ganas de salir ni de beber ni de nada que implique fiesta, sin embargo he salido y bebido, lo malo es que no me lo he pasado tan bien como en otras ocasiones por que precisamente me falta la actitud. Ahora me doy cuenta que no tengo ganas de hacer nada por que me gustaría estar en otro lado y con alguien más, y estúpidamente mi subconsciente piensa que en vez de salir podría hacer algo por tener lo que realmente quiero y debería invertir mi tiempo en ello en vez de salir con mis amigos a emborracharme por la infinidad de razones tontas que se nos ocurren como pretextos, pero NO, no no no, eso no está bien, eso no existe, por el momento no puedo hacer nada para desplazarme a otro lugar ni puedo teletransportar a las personas conmigo, mucho menos en viernes por la noche.
Creo que me he preocupado demasiado estos últimos días por el futuro, por saber que va a pasar por querer que pase YA y me estoy olvidando que estoy en Madrid, en una de las ciudades más cosmopolitas del mundo, estoy en Europa, el viejo continente del nuevo desmadre, estoy con gente que como yo no le teme a la vida, que disfruta cada instante al máximo, que prefiere pedir perdón que permiso, que ubica donde está aunque aún no sepa por qué, que ha estado conmigo con y sin actitud, que me aguanta y que seguramente extraña el montón de pendejadas que suelto bajo los influjos del alcohol y el relajo, pues como dato cultural (como si no lo supieran), soy una borracha muy divertida.
Hoy no estoy ebria ni mucho menos, ayer fui a una fiesta en una casa abandonada que ha comprado el novio de una amiga y me lo pasé fatal, tenía un dolor de estómago que no me quitaba ni Dios, no pude tomar nada, comer nada, bueno fue horrible, en algunos momentos en los que me olvidé de todo recuerdo, cantaba y bailaba, hacía el tonto con algunos amigos y en vez de ver el reloj como había hecho toda la noche veía la luz de estrobo y sonreía sin importar el tiempo ni la situación ni mi estómago ni nada, me empecé a sentir mejor. Terminé durmiendo en un sillón con un amigo mío, si me viera Champs, George o incluso Moncho se que me dirían: que vergüenza, y tendrían razón por que lo pienso en este momento y me da una rabia haberme vuelto así, además por una razón tan tonta como estar lejos de todo aquello que ahora añoro.
Extrañar no es de extraterrestres, todos lo hacemos alguna vez, pero hay que enfrentar los miedos, conquistar los retos viviendo el presente, disfrutando cada instante del aire que respiras no hundiéndote en la nostalgia del mañana, yo nunca he sido así, ¿qué me pasa?, ¿qué me pasó?, no puede ser. Y es que lo pienso, lo sé, pero me cuesta tanto hacerlo… que pasará mañana cuando te hayas ido… época de estudiantina, lo recuerdo… y guardará sus rosas para cuando brille, el so-ol; sí así cantábamos, el so-ol, y era de las cosas más divertidas en las presentaciones.
Ahora canto: que despido al sol poniente, cuando he contemplado el siempre de tus ojos y por fin comienzo a ver, que estoy dejando de callar que te amo… por fin estoy dejando de callar y de todos modos mi ánimo se está yendo al carajo, justo cuando le estaba diciendo a Moncho que era muy feliz, bueno, y la verdad lo soy, pero quisiera recuperar al menos la mitad de lo que era, me costó mucho llegar a estar donde estoy, llegar a ser lo que soy y como soy, llegar a verme al espejo y decir: Vero, estás genial, y lo pensaba en todos los aspectos y ahora me veo al espejo y me pregunto: Vero, ¿qué te pasó?, espero pronto encontrar de nuevo el camino si no a ser lo que era a convertirme en algo mejor de lo que soy, en algo que me guste mucho más, a mi, no a los demás, y tengo que apurarme o mañana despertaré con más arrugas que una ciruela pasa.
¿O que Madrid?, no pensarías que iba a marcharme con las manos vacías por ti.

lunes, abril 11, 2005

Las luces se apagaron esto va a empezar

Contra la persiana totalmente cerrada, sin luz en mi habitación y con la resaca de la despedida de ayer definitivamente hoy no me puedo levantar.
Solo faltan 10 min para que empiece la obra y todos los mecafans nos encontramos aún bajo el frío de la noche, interrumpiendo el paso de la Gran Vía y tratando de encontrar una explicación. Puedo escuchar a más de uno tarareando una canción en su mente, sé que hay más de 100 personas que en este momento están pensando que “la idea genial de echarte” no fue tan genial, otras saben que habiendo sido viernes, hoy efectivamente fue un día en que levantarse implicó un gran esfuerzo y entre todos nosotros cruza la idea de que tal vez, el que estemos aquí reunidos, que tengamos entradas, que estemos en el lugar preciso en el momento preciso más que por gusto o por convicción es la fuerza del destino. Yo personalmente solo pienso que quiero estar junto a ti, si en invierno viene frío o si en verano viene el calor, yo igual quiero estar junto a ti.
Así, mientras escucho la voz de uno de mis mejores amigos a través del móvil entro al teatro con la mayor ilusión compartida por todos los presentes, volver a lo mejor del pasado a través de esa canción y recordar los mejores momentos con la garganta, el oído y el corazón.
Primera llamada, mi respiración comienza a aumentar de velocidad, segunda llamada, no sé si esto es un latido o el ritmo africano de la danza de la lluvia, “el musical va a comenzar” seguro que los ojos se me saldrán de las órbitas.
Atenta al escenario, a los personajes, a la coreografía lo único que retumba en mi cuerpo son las primeras notas de Hoy no Me puedo levantar, una sonrisa ilumina mi cara, caigo relajadamente en el sillón mientras se desplaza lentamente por mi sangre, la primera frase de la primer canción de Mecano.
Una historia tan simple y sencilla que te hace creer que puedes ser su protagonista, una actuación excepcional, cada canción perfectamente encajada en la escena, excelente fotografía, un montaje de verdad impresionante.
Ellos no podían levantarse ayer, yo más bien hoy no puedo, sé que una rosa es una rosa, sé que hay alguien rompiéndose la voz cantando coplas bajo mi ventana, que ha existido más de un tú, tú, tú y sin más por qués e incluso sé que un mujer contra mujer, nada tiene de especial.
Casi, a punto estuve de soltar una lágrima mientras cantaba, escuchaba y sentía que entre el cielo y el suelo hay algo, que entre mi butaca y la de mi acompañante debería haber alguien que definitivamente no puedo olvidar. Mi vida cual si fuera a morir pasó por un segundo ante mi mirada, sabiendo que es imposible extrañar tanto a alguien pero extrañando más que nunca.
Me hicieron sentir que yo estaba ahí, que estaba ahí y es que siempre los cariñitos me han parecido una mariconez y ahora hablo contigo en diminutivo con nombres de pastel, pero mi cabeza se lleno de ideas, sentimientos y la eterna duda de quedarme en Madrid, ¿será que me lo digas o que yo te lo diré? A fin de cuentas no importa donde estemos, o que no sepamos si besarnos en la cara o en los labios como tantas veces a pasado, igual hay llamas que ni con el mar.
He soñado tantas veces que soy aire y muchas veces me han dicho que no tengo forma definida, alguna vez he sufrido una cruz de navajas y desde hace meses no tengo más que mojar las ganas en el café pero escucho su voz que sube de intención o baja si va mal ya va un poco mejor y cuando esté aquí apartaré de su cara la melena le daré un beso y sabré que ahí hay más que un tu y yo.
No quiero tener hijos ni aunque sean de la luna, la verdad es que el fallecimiento de Laika no me conmueve mucho pero sé que jamás quiero llorar por alguien que halle su fin en un nudo de dolor, por que efectivamente es una estúpida sentencia y es que tú eres lo que más quiero y sin ti la vida es un cero… daría lo que fuera por viajar con mi panque en un barco a Venus, hacer el amor en Hawai o en Bombay no importa, o navegar en un lago artificial donde no necesitas maquillaje por que tienes una cara que me hace alucinar y SI te quiero besar.
Espero en Dios y en mi propia inteligencia despertar un año más no importa si no es en la puerta del sol, lo que quiero es no caer en el cementerio por que estoy tan a gusto aquí que aunque quiero morir joven, el cielo por mi se puede esperar.
Como dicen por ahí, cuando me vaya mal que me vaya como hoy, como Hoy no Me puedo levantar.

lunes, abril 04, 2005

YIKES!

Y volver, volver, volver a tus brazos otra vez… después de haber repetido mil veces No volveré, te lo juro por Dios que me mira, pinche ironía que es la vida.
Creo que esta última semana mi cabeza piensa tantas cosas que debo estar ocupando un porcentaje de mi cerebro mayor que el de Einstein, mis pensamientos giran y giran sin detenerse y solo quisiera llegar a una conclusión pero no puedo.
Mi vida gira alrededor de 2 opciones, 1 que me conviene y otra que no, así es fácil tomar una decisión, ahora el dilema, estas opciones se convierten en 1 que quiero y otra que no, por supuesto aquella que me conviene no la quiero y aquella que quiero no me conviene, pinche ironía que es la vida.
Todo se me dificulta más pues no solo debo decidir que va a suceder con mi persona, según lo que decida cambiare la vida y el rumbo de terceros y esa es una responsabilidad que no tenía pensada hasta ahora. “Si todo era tan bello dime amor que nos pasa hoy ya no somos ni amigos no cabemos en casa” que desastre.
Hace tiempo que dije adiós a todo aquello que conocía y ahora parece que le vuelvo a decir hola, mucho antes de lo planeado, igual no será algo que permanezca, pero ese poco tiempo que estará cambiará mi vida para siempre, ya no sé si es cuestión de decisión, de actitud, de fuerza o de simple y llano valemadrismo pero que difícil es crecer y ser dueño de tu destino, al final era tan fácil que te dijeran que hacer bajo las consecuencias de no hacerlo y que decidieras que valía más la pena. A veces, casi siempre, valía más la pena pedir perdón que pedir permiso, pero igual a nadie le afectaba.
¿Qué haré? He consultado algunos personajes y la cabeza me dice que volveré, ahora me falta consultar otras personas, que sin su opinión sería imposible pero sé que al final la decisión es solo mía. Bueno, igual I want to die at 30’s queda poco por pensar, pero mucho por vivir.