viernes, octubre 04, 2013

Karma Darma Tú

Le he estado dando vueltas, vueltas, y más vueltas a esto de ponerme a escribir. Es que hacerlo me hace sentir que vuelvo en unos pasos que no quisiera volver a pisar y todo de pronto se vuelve muy confuso y complicado.

A veces me pregunto que tan liberador y cierto es "desahogarse". Como esa manía que tengo de escribir cosas para quien no las lee o escribir cartas, quejas, declaraciones de amor, reclamaciones para luego quemarlas y dejar que tanto el fuego como el viento se lleven lo malo y dejen lo bueno. Lo hago para -desahogarme- para decir todo lo que no puedo decir, o no quiero. O no me atrevo.

Hay algo extraño en este blog. Además de que es leído por mucha más gente de la que yo pensaba creo que tiene el don de atraer las cosas, para bien o para mal. Por eso me cuido de lo que escribo, por eso últimamente escribo menos.

Lo que me trae hecha un lío en estos días es esta sensación renovada de octubre. Comienzo a descubir que en octubre siempre me siento bien, mejor de lo que en otros meses, es como si este mes -o época- trajera consigo ferómonas de la felicidad que me afectan sólo a mí. Pero octubre trae consigo también una necesidad imparable de reflexión y nostalgia. Freudianamente podría ser porque es época de halloween y solía pasármelo bomba en mi infancia, realmente, no sé qué pueda ser.

Octubre como toda la vida, la trae a Ella. ¿Qué tiene que ver? Absolutamente nada. No hay santos, ni cumpleaños ni aniversarios muertos que hayan sucedido en tales fechas. No hay eventos especiales, ni peleas ni reconciliaciones, de verdad no hay nada, pero haciendo el recuento de los daños, en octubre siempre la pienso, siempre me acuerdo, y me acecha todo el tiempo y poéticamente en cada rincón.
Ahora que navego en mis recuerdos, recuerdo la persona que era, recuerdo sus 20 años y los ojos de animé con esa enorme chispa que me miraban como si yo fuera Jennifer Aniston. También recuerdo lo ridículo que me parecía y lo mucho que me avergonzaba. Sí, ahora que recuerdo Ella era una gran persona, y yo no era precisamente simpática. Sobra decir las razones por las que nos comportábamos tan diferente, sólo sé que en un momento esa combinación funcionó y 5min después esa combinación nos llevo a la ruina. La verdad la extraño. No extraño a la persona que es hoy, no me refiero a que voy a ir a buscarla en este instante con amigos y mariachis, no nos confundamos. Extraño a esa mujer. Extraño a la que me miraba como si si todo el mundo estuviera en blur menos yo, que me hacía reir y me daba regalos cursis, que inventaba cualquier pretexto para irme a ver, que quería decirle a todo el mundo que me quería sin importar lo que pasara, que me dedicaba canciones y me cantaba How I wish you were here. Extraño querer a alguien de esa manera. La congruencia no era uno de mis fuertes y el hecho de que la quisiera tanto no implicaba que lo demostrara y mucho menos que actuara en consecuencia. Tal parece que mi misión en la vida era demostrarle que el amor no importaba y podía quererla mucho pero también podía ser una persona muy miserable y así tendría que aceptarlo.

Me he quejado mucho para mis adentros desde que me enteré que se comprometió. No me interesa si es para casarse, para tener una manada de infantes, para vivir juntos o para quitarse de la presión social. Mi primera reacción fue enojarme de una manera estúpida. No me gusta la persona que es hoy y sentí que no se lo merecía. Me enojé porque pensé que después de todo lo que me hizo, después de tantas jaladas, mentiras y fregaderas el karma iba a cobrar y lo haría de la manera más sutil; quitándole lo que siempre soñó, quitándole el pretexto por el que según ella no se quedaría conmigo y "noblemente" me dejaría ir. Pensé que la justicia haría que se quedara sola. Sin su príncipe azul, sin su historia de Disney, sin sus millones de hijos y su vida de familia telerín. Sin sus padres adorando al marido, sin su familia política adorándola a ella, sin esa vida que según ella tenía que encontrar sin mí, que se fue a buscar sin mí, que no podía realizar conmigo y que si Dios era justo resultaría que no la lograría con nadie. Con nadie, porque esa vida de fantasía, la dejo ir cuando me dejo ir a mí. Me dio coraje pensar que finalmente sería feliz porque no se lo merece, porque es una persona horrible, egoísta e irrespetuosa, porque todo se paga en esta vida, porque somos producto de nuestras decisiones y Ella siempre toma las peores, pero no, parecía que al karma le valía madre y no conseguía taxi para llegar. Finalmente llegó octubre y con él el momento de reflexión. La había soñado una y mil veces. Una y mil veces le había dicho que no interrumpiera mi boda, que era muy tarde y yo escogía al Castor, una y mil veces me pregunté qué pasaría si eso sucedía realmente. Al punto que teníamos un plan de contingencia en caso necesario. De pronto me acordé que yo tampoco fui una perita en dulce. Me acordé que la primera en hacer fregaderas fui yo. La primera en negarlo todo, renunciar a una vida juntas, darle en la madre, el padre y la abuela, burlarme de su amor, fui yo. Yo fui la primera en tirar la toalla, la primera en cagarme en todo lo que le importaba sólo para demostrar que era yo, que Verónica López Fernández podía hacer lo que le diera su gana, cagarse en todos sus muertos y encima, lograr que me siguiera adorando. Si como no.
Efectivamente llegó el día en que Santa Verónica se dio cuenta de que había batido todo el tepache y aún bien puesta en su pedestal dijo: Verito, va de retro. Y pues no, como la lógica indica aquella ya se había chutado a Sanz con "Al olvido invito yo" y lo había hecho re-bien. Entonces se volteó la tortilla y empezó la historia de ella la bruja y yo la víctima. Porque caray, yo si que fui necia, necia pero necia. Yo pensaba que el amor no se podía acabar tan rápido y como cada re-encuentro parecía que el tiempo no había pasado me confié, pero como bien dice el espartano, cuando te das en la madre, aprendes a meter las manos. Ella nunca volvió a arriesgarse y cada nuevo regreso estuvo zanjado por un buen par de manos en el medio que evitaban tanto que se cayera como que nos pudiéramos acercar. Eso no evitó que hubiera un sin fin de intentos en el medio. A pesar de que ahora es una historia como la Biblia del Diablo y su venta y distribución están prohibidas, es una historia que duró entre idas y venidas unos 10 años, y eso, por algo ha de ser.

Si el karma funcionara como yo digo, no me habría podido casar. Ella podría haber estado en su casa pensando: ahora te chingas, ahora lo vas a perder todo por haber sido una hija de tu repinchísima madre cuando te dio la gana y encima querer verme la cara de idiota. Si funcionara así, tampoco Ella podría casarse porque sea por vicio o por revancha de que también fue una hijita de su madre lo fue, es más lo ha sido, porque no para de cagarse en el castor cada vez que la ve, pero eso sí, a mi me felicita mucho mucho. O sea que si el karma funcionara como yo creía, las 2 estaríamos jodidas. ¿Y porqué? por no haber seguido a nuestro corazón. Si al chile, así de ridículo como se oye, por darle más valor a las sonrisas de los demás que a las nuestras.

Ahora ya no pienso qué se merece y qué no, no le deseo que vuele una vaca con diarrea por sobre su cabeza pero, sin hacernos tarugos tampoco le deseo que sea feliz. Vaya es que me importa un pito que haga de su vida, hace años que ni la veo. Igual siempre voy a pensar que sin importar quien sea, todo aquel que este con ella es un imbécil y merece morir. En octubre y con todo lo que trae consigo sólo quisiera regresar en el tiempo, no para cambiar las cosas o tener otro destino, me gusta mi vida como es, me gustaría regresar en el tiempo para disfrutar ese momento, para disfrutar la única vez en que realmente éramos nosotros, donde no hubo mentiras, ni apariencias, ni burradas. Cuando creíamos que el universo nos había creado para estar juntas y que seríamos las que romperíamos el paradigma de que nunca te quedas con el amor de tu vida. Me gustaría volver ahí y en vez de tener miedo y recelo, disfrutarlo, disfrutar de una relación padre, de un amor loco, de una pasión desenfrenada como era en ese entonces. Siento como si hubiera tenido el mejor juego de video de la historia y sólo hubiera jugado 5 minutos. Me gustaría no hacer ninguna cochinada, decirle que también la quería pero me daba muchísimo miedo demostrárselo y así permitir que algún día me lastimara, aunque eso sucedió de igual manera.

Nada de eso existe ni podrá existir. Y sólo me da mucha risa, no termino de comprender cómo pueden existir tantas personas en el tiempo, cómo puedo seguir tan enamorada de alguien que sólo existió en 1999, cómo puedo extrañar a alguien con quien sólo platicaba virtualmente en 2004, cómo puedo casi odiar a alguien que existe sólo ahora, y que todas ellas sean la misma persona. Como diría la Pausini, son amores extraños.

Tal vez lo que hizo el karma fue eliminar los factores en común como en la ecuaciones, ella pagó por adelantado y yo pagué con ella. O la venganza es el arma del karma. Que sé yo. Ya se irá octubre y con él estas sensaciones raras. de verdad que no sé porque en este mes siempre la extraño tanto. De cualquier modo paren su carro, no voy a ir corriendo tras Ella. No sé cómo llegar a 1999.

Creo que mi moraleja es que no debo juzgar a la gente y mucho menos decidir qué se merece y qué no. Somos producto de nuestras decisiones y eso es lo único de lo que somos responsables, también somos producto de nuestro pasado así que para qué renegar de él. Ahora toca ir a dormir con mi presente, al final es lo que importa, y la verdad ese castor no pinta menos que un futuro realmente prometedor. ¡Al abordaje!