martes, abril 01, 2014

en Prozac

Prozac, Zoloft, Cymbalta, Praxil, Effexor son muchos de los nombres que podemos encontrar entre los medicamentos con fines antidepresivos. Pensar en una persona depresiva, en depresión o que necesita de antidepresivos para estar bien es pensar en un loco. Es alguien que está malito de la cabeza, no tiene sentido común para ver las cosas padres de la vida y no es lo suficientemente fuerte para afrontar sus problemas. Cuando escuchamos que alguien está deprimido o que los adolescentes suelen deprimirse y hacer cosas muy estúpidas, nunca pensamos en si se le murió alguien, si pasó algo traumático, si tuvo una pérdida fuerte, un accidente. La verdad lo primero que viene a la mente es que es uno de esos otros emos cochinos sin nada mejor que hacer y por supuesto queriendo llamar la atención, pero hay un mundo muy diferente allá afuera.

La depresión es una enfermedad. Punto. Es una enfermedad que se manifiesta por medio de cosas horribles e indeseables como ataques de pánico, crisis de ansiedad, crisis nerviosas y ataques depresivos. Estas reacciones, provocadas por un dolor interno mayormente desconocido provocan cosas aún peores como intentar hacerse daño a uno mismo, hacerle daño a los demás o suicidarse. Eso nos lleva a pensar en otro cliché: "quien quiere suicidarse es un pendejo". Yo no apoyo el suicidio pero entiendo lo que puede llevar a una persona a pensarlo. Incluso el famosos Prozac y sus compañeros indican siempre en la caja que puede provocar tendencias suicidas, vaya porquería digo, que al final se supone es una medicina para evitar justo ese comportamiento.

Imaginemos un soldado en una guerra, pisa una mina que le vuela las dos piernas, y cae sobre una barra de metal que le atraviesa el cuerpo sin matarle, el dolor es insoportable y cuando uno de sus compañeros acude al rescate lo primero que le dice es: "Mátame". ¿Tiene o no tiene razón? La vida es un regalo pero es difícil de usar. Este hombre lo único que siente es un dolor insoportable, lo más probable es que tampoco sobreviva pero tiene la opción de permanecer ahí en un grito por unas horas más, o quitarse la vida. ¿Cuál sería la mejor opción?

Recordemos las torturas medievales, gracias a Dios ya no nos tocaron a nosotros, pero estaban diseñadas para hacerte sufrir durante días enteros (no horas ni minutos) hasta fallecer. Cualquiera en un potro, una sierra, o la gota, pensó 100 veces en poderse morir de una vez que seguir en ese infierno.

Eso es la depresión, es una tortura medieval. No lo puedes controlar, sientes un dolor que no le puedes explicar a nadie, y mientras más intentas describirlo más ridículo suenas. No sabes porqué está pasando eso, no estás muy seguro, pero hay una alta probabilidad de que un balazo en la rodilla fuera más manejable que esa sensación de ansiedad, ese miedo súbito e indescriptible de que todo va a colapsar en cualquier momento y lo peor, no sabes porqué. Ese luchar entre la depresión, la ansiedad, la angustia y el enojo y coraje que te provoca hablar contigo mismo y decir: ¿Qué coño me pasa? ¿Porqué me siento basura en un día que no tiene nada de interesante? ¿Porque tengo miedo de que algo me pase si nunca me pasa nada? Y de pronto lo que nunca pensaste se te ocurre. No, no quiero acabar con mi vida, es muy drástico, pero que tal si voy y me estrello fuertemente contra ese poste de allí, o le reviento la cara al taxista de al lado, o me corto un pedazo de algo... algo que sea más fuerte, que cause un dolor más tolerable, que ya no sea una tortura.

No es lo mismo querer suicidarse que tener pensamientos suicidas, pensar en hacerlo es mucho más común de lo que creemos y el problema, es cuando aquellas personas que no consiguen ayuda de verdad caen en "la tentación" ¿Cuál es la única manera de acabar con este dolor inexplicable e insoportable? Bueno, pues acabar con uno.

Estar deprimido no es estar triste, es estar enfermo. Se está enfermo de la cabeza literalmente. Algo falla y los niveles de las mierdas de sustancias en el cerebro que deben hacerte sentir bien y feliz bajan hasta el punto que no le encuentras gusto a nada. Es una especie de síndrome de encerramiento porque además nadie te entiende. Sólo eres un loco, un paria, un enfermo mental desagradecido de todo lo que tienes. ¿Y que es lo que tienes? Según tu cerebro disfuncional no tienes nada, tienes miedo de nada pero miedo, angustia de nada pero angustia, tristeza de nada pero tristeza, dolor de nada pero dolor, uno insoportable y que encima, nadie entiende.

La depresión es para los tontos, los ataques de ansiedad, de pánico son para los locos, la enfermedad mental no tiene cabida en esta sociedad. Pero los síntomas persisten y hay que hacer algo. Yo imagino que tengo una espada y la blando a diestra y siniestra hacia todos lados despedazando así mis temores, atacando mis "problemas" esperando siempre que no se me ocurra blandirla hacia a mí. Mi espada está hecha de Prozac, Tafil, Simplex y relajantes musculares. Mi espada funciona y yo me quedo siempre esperando.